15 agosto 2010

un poema de reencuentro

He cambiado, quizá, la forma de escribir o quizás ha sido el tiempo elque me va cambiando y mis poemas lo notan.


Cerrar los ojos
para entender mejor
las conversaciones que llenan
mis silencios y mis paseos
abrir el alma
analizar los momentos
las preguntas y las dudas
separar lo que no es mío
abrigar todos mis miedos
encender todas las luces
iluminar mis sueños
mirar
con cara de niño abierto
a la sorpresa y lo nuevo
un día y un altre día
lo que llena nuestro camino
sentir
con alma de niño libre
lo que llena de sentido
nuestros adentros más hondos
abrazar
con brazos de padre tierno
las dudas y tonos grises
y soñar
cabalgar por el arco iris
iluminar con sus mil colores
el camino y dibujar
una sonrisa en el viento
un sueño que traiga luz
al camino y sus recodos
amar
amar la vida y sus vueltas
las personas que nos quedan
a la vera del camino
las que se fueron quedando
y las que aparecerán más tarde
amarse sin miedo, al tiempo
que llenamos de alegría
otros ojos y otros labios
amar sin cerrar los ojos
a la vida y sus promesas
amar sembrando futuro

18 mayo 2010

un poema al tiempo



Y seguimos reflexionando sobre el tiempo, aprendiendo a gestionarlo, a elaborar y llevar a la práctica estrategias que nos ayuden en esta lucha de titanes que tenemos con él. Y no nos damos cuenta de que la mejor estrategia es hacerlo amigo nuestro, contarle nuestros sueños, nuestras aspiraciones y nuestros más íntimos anhelos. Sabe escuchar, sabe ser paciente y tierno con nuestros miedos.
Si conseguimos que camine a nuestro lado, que nos deje acompasar nuestro vivir a su ritmo, habremos logrado dar un gran paso y habremos interiorizado una de las mejores herramientas para ayudarnos en nuestro intento de ser felices.
Viejo amigo
desconocido muchas veces
odiado cuando corrías
rompiendo mi felicidad momentánea
odiado cuando no llegabas
haciéndome esperar en demasía
amigo nuevo
me dejas descubrir
volviendo la mirada atrás
los miles de detalles y de piel
que han jalonado mis últimos caminos
viejo amigo
escapabas en las tardes de la infancia
con el sol que acababa su camino
rápido y dejando ganas para otro día
te ibas lento
en las invernales tardes de la adolescencia inquieta
galopabas en los días de mi juventud
y cada vez ibas más rápido
sin ocasión para domarte y acompasarte
amigo nuevo
camina con mis ritmos y mis pausas
déjame acompasar mi corazón a tus pasos
acompasa tú tu ser a mi vivir
viaja lento mientras disfruto
cabalga mientras espero
que llegue otro feliz momento
pausa tu correr al ritmo de mi sentir
siente tu paso al paso de mi mente
y de mi corazón ilusionado.
Viejo y nuevo amigo
no dejes que se rompa el pacto
que se alejen tus pasos
de lo que me falta por andar
quiero agarrar los hilos
que manejan tus andares
y si no puedo enfrentarte
prefiero que seas mi amigo.

06 enero 2010

para empezar el año



¿Qué le pedimos a un nuevo año?

Tiempo para celebrar lo bueno, tiempo para restañar las heridas, tiempo para compartir lo vivido, tiempo para soñar futuros de colores… son 365 días lo que nos da, días que vendrán con frío y con calor, donde pasarán otra vez las estaciones, se sucederán a sí mismas como lo han hecho todos los años… somos nosotros los que tenemos que dar un sentido y significado nuevos a esa colección de días y momentos por vivir.

No desperdiciar ni uno solo de esos 365 días para ser lo que somos, para sentir como sentimos, para actuar con coherencia, para pensar con inteligencia y hacerlo todo en relación, en un vivir compartido.

No dejar ni uno solo de los 365 de querernos y querer, de soñar… de juntar los recuerdos del pasado que nos enseñan desde la memoria, los momentos del presente que se nos van de las manos a poco que nos descuidemos y los sueños de ese futuro que atisbamos entre los rayos del horizonte al que miramos.

No cerrar los ojos, no callar lo que sentimos y pensamos, no dejar de paladear cada instante vivido, no dejar de escuchar las canciones que salen de dentro y las que llegan de los que nos rodean, oler los vientos que nos indican el camino… vivir en plenitud, en la plenitud que cada uno puede alcanzar.

Dos deseos para el nuevo año: que las heridas que nos deje no nos impidan avanzar hacia el futuro, ese futuro que es nuestro, que nos pertenece y al que no podemos dejar de mirar. Que las veces que celebremos las victorias y los triunfos, nos inunden de color el año y nos hagan desear otro año nuevo.
Vuelvo al blog, con este nuevo año trataré de mantener un ritmo de cocina y poesía que me permita seguir en contacto.
Un abrazo