05 mayo 2007

tres entradas en una




Hoy estoy con ganas de escribir todas las cosas que han ido saliendo de mi mente esta noche de primavera. Gracias por vuestra paciencia.



1- Primero para agradecer a todos los que me leen y me contestan, un poema. Las orillas de este río sois cada uno de vosotros, aunque en este caso voy a personalizarlo en Jake, siempre atenta y rauda a contestar a todos mis escritos, pero cada cual puede apropiarse de los sentimientos que encierran las palabras del poema: Feri, aiguamel, dedalus, angeldreams, Pato, abir, Evan y Carlos... y todos los demás.




Palabras tiernas de ida y vuelta:

Envuelto en ternura y color,
empapado en mis emociones,
lanzo a la otra orilla mi canto,
mis sentimientos enmarcados
en palabras frescas y tiernas.

Caen las lluvias,
fructifican el agua
del río que nos comunica
y recibo de vuelta
aromáticas frases del sur,
me devuelven agrandadas
la ternura y el calor
y llegan hasta esta orilla
notas de música y color
inundando mis entrañas
de vida para seguir
cantando palabras a la otra orilla,
llorando emociones a las almas
que sienten al otro lado
del río que nos une
y comunica.




2- En esta comunicación ha sido esencial encontrar la oportunidad que me ha dado mi grupo de amigos-as, aquí, fuera de la red, en la realidad tangible que me rodea:




Todo empezó una noche de luna, de luna llena y pletórica, de luna viva y sombras cálidas a mi alrededor.
Me senté frente a mí mismo. Abrí la puerta de mis adentros y fijé mi mirada en un rincón, que hasta entonces pasaba desapercibido. Mis ojos no dejaban de asombrarse ante lo nuevo, lo desconocido. ¿Quién había puesto allí esas sensaciones? ¿Estaban allí desde siempre?
Seguí sentado largo rato, asombrado ante la variedad de colores, de tonos musicales. La cálida sensación que me envolvía, me dejaba desconcertado. Era nuevo y, después de unas sensaciones raras, empezó a gustarme.
Algo en mi memoria ancestral se despertó y recordó que eran mis emociones, que siempre habían estado allí: mis miedos, mi ternura, mis anhelos, mis sombras de noches negras, mis vivos sentimientos de hombre por crecer. ¿Hacia dónde había estado mirando todo este tiempo?... Las preguntas se agolpaban ante mí.
Estaba a gusto, tranquilo, arropando esas sensaciones, acunando los miedos con ternura, haciendo cócteles de emoción y aspirando los aromas que surgían de la mezcla. Y estaba bien, me sentía muy bien.
Desde aquella noche de luna, de luna que alumbra rincones, conozco un poco más los entresijos que estaban escondidos, sin ojos que los mirasen, ni brazos que los acunasen. Desde aquella noche sé sentir un poco mejor, y más libremente, la vida en mi alma de hombre sensible y tierno. Y me gusta.




3- Una posibilidad de regalo:


Ex libris:

Hace algunos años, pedí un regalo para mi cumpleaños y me hizo mucha ilusión:
un ex-libris
¿qué es eso? Me preguntarán algunos: es la marca que cada cual pone a sus libros, ya sea un particular o una biblioteca. En Internet podéis encontrar más información, sobre su historia y sus ejemplares, hay hasta asociaciones de exlibreros. Pero a mí no me interesa la historia, me interesa lo que tiene de personalización... es como la imagen que cada uno usa en su blog para identificarse, pero sólo impresa en la primera página (o más, cada uno tiene sus costumbres) de los libros que cada cual va recopilando en su casa.
Yo elegí el tejo, árbol milenario que resurge apresar de las adversidades, por su avanzada edad, como quien guarda la memoria de la gente y escribe los anales de la historia y los resguarda del tiempo y del viento (en un cuento que escribí de árboles con alma, yo era el tejo), como símbolo para resguardar mis libros.
No sé si tenéis esta costumbre, pero es un regalo muy original para un sobrino, un hijo, un amigo... para quien sea.
Ahora entendéis las fotos del principio.
El poema lo podéis pegar y copiar y/o enviar a todos aquellos que os escuchan y contestan.
Un abrazo para todos.