27 julio 2008

comida de verano

Es verano, el calor nos obliga a refugiarnos dentro de la casa, casa vieja de paredes anchas de piedra. Tenemos que elegir la comida, suave, sin grandes calores. Hemos traído unos tomates, unas anchoas y aceitunas negras.

Por un lado, con la ayuda de un rayador, sacamos la pulpa del tomate. Colocamos en unos trozos de pan un poco, añadimos aceite virgen y anchoa y aceituna. Lo mismo en el plato, con gotas de aceite sueltas. Es refrescante y sabroso.

Quisiera dejar en tu piel
mi frescura, mi ternura
quisiera cantar junto a tu alma
tonadas de fresca sombra
arrebujar junto a la orilla
de este río y estos árboles
nuestros dos unos inconexos
formando un único motivo
piel a piel, siendo los besos
los nudos que nos mantengan
unidos sobre la hierba
hasta que la noche refresque
sonidos de sombra y agua.

Hay que buscar refugio a estos calores veraniegos y la poesía junto al río y la comida fresca son dos buenos ingredientes para pasar el verano. Un abrazo.



19 julio 2008

mientras Orión sonreía...

Colores que vuelan de paso entre las horas que pasan lentamente ante nuestros ojos, olores entresacados de la memoria infantil, sueños que viajan desde las tardes de verano de la adolescencia en un pueblo pequeño, retazos de fotos ancladas en los días que seguro no tienen ganas de volver… me refugio en la modorra del descanso y atraviesan mi cabeza todas estas cosas, se mezclan con las ensoñaciones de futuro que aún están por tejer y empiezan a parpadear las preguntas.

¿Dónde estarán aquellos sueños que no cuajaron? ¿Dónde se habrán refugiado aquellos besos nunca dados? ¿Por dónde andarán las fotos que sólo existieron en nuestras mentes? ¿Existirán alguna vez las fotos que ahora entresueño?

Decía un amigo mío. ¿Habremos superado ya la adolescencia? Porque seguimos con sueños idealizados en la cabeza teñida de canas en un caso o escasa de cubierta en el otro. O ¿será que mantenemos un espíritu joven mientras los dígitos se acercan al medio centenar en un caso y los superan por poco en el otro?
Preguntas y respuestas de una noche de luna llena de dos gansos que, de cuando en vez, se dedican a la filosofía por afición.

Sí que es cierto, amigo mío, que nos conviene renovar los sueños cada tanto, repasar el pasado sin excesiva nostalgia que nos impida mirar al futuro con realismo, hacer aflorar voluntades de enamoramiento de las personas y la vida, que nos permitan sonreír a pesar de que la realidad nos golpee alrededor. Sí que siento, amigo mío, que sin la mano que envía sonrisas y los ojos que refrendan cariños, la vida no tendría los colores que tiene, los olores infantiles recordados y los sueños inacabados, que no podríamos seguir tejiendo nuevos sueños con gente nueva, que nos sería imposible apoyarnos el uno en el otro, si de vez en cuando no cambiásemos el papel de soporte y soportado.


En estas noches de mediados de julio, cuando la temperatura suaviza la noche y entornamos los ojos para centrar las estrellas, te quiero dar las gracias por estar ahí, por acompañarme al pasado y compartir futuros aún ni siquiera dibujados.

La noche acabó con la botella vacía y un paseo con las manos en los bolsillos, los ojos entornados y el alma mecida por una suave brisa de felicidad que no debiera acabar nunca.

Mientras en mi cabeza sonaba esta canción de Cat Stevens, Orión sonreía parpadeando al entrar en el cielo por el este, o ¿era el sur? Qué más da. Eran las cinco y la luna se escondía por el oeste jugueteando coqueta con su falda.

Un abrazo a cada una de las personas que acompañan mi vivir.

12 julio 2008

una apuesta por la vida

Mientras las nubes nos oscurecen el alma, privándonos de esos rayos de sol que nos alimentan, me trasformo en un mítico dios heleno y, a manotazos doloridos de rabia, rasgo los cielos para que traspasen la luz y el calor de la vida esos cielos encapotados y negros. Con gritos secos alejo las sombras para que nuestra piel pueda respirar la brisa de la mañana llena de luz.

Cada mañana, con una sonrisa tierna y con mimo, mis manos lucharán contra las sombras, tejerán un abrazo donde refugiar los miedos, miraré al frente y volveré a hacer una apuesta por la vida. Cada mañana…




Luces tornasoladas
irisan por dentro mi alma
tiñen de ternura de colores
mi tiempo y mi esperanza
acunan mientras camino
mis pasos de madrugada
reposan entre sus manos
mi querer y mis pesares
abrazan con firmeza
mi crecer y soñar sin pausa

y esas luces mágicas
que iluminan mis andares
sólo están en las sonrisas
de mis amigos y amigas
de quienes sonríen sabiendo
trasmitir con la mirada.




Una receta perfecta para estas fechas de verano acá y de invierno allá:


Escalivada
Ingredientes:
2 berenjenas
2 pimientos rojos
3 pimientos verdes
1 cebolla grande
anchoas
aceitunas negras
aceite, vinagre y sal.
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Preparación:
Asamos las verduras en el horno, dejando que se hagan bastante y, después de dejar enfriar, pelamos , limpiamos de pepitas y troceamos en tiras no muy grandes. Colocamos en la fuente para presentar y aliñamos como una ensalada, mezclando aciete sal, vinagre normal y un poco de módena o vinagre de jerez.
Colocamos encima las aceitunas y las anchoas troceadas.
(ampliar la foto para ver hasta el aceite)
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Bueno, amigos y amigas, os animo a que probéis este plato y ampliéis los horizontes de vuestros paladares. Para acompañar este plato, yo abriría una botella de vino blanco de Alella, comarca catalana de muy buenos vinos blancos. Y no dejéis de buscar una compañía que complete la secuencia y que os mire con ternura a los ojos, brindando por lo que sea... la cosa es que sigamos compartiendo en la distancia estos platos y estos ratos, gracias por vuestras sonrisas.

02 julio 2008

a quien lo está pasando mal

Hoy voy a recuperar un poema escrito hace tiempo, a un amigo pasando por momentos duros, por momentos donde la vida nos deja la piel herida, donde los aconteceres de nuestro vivir enseñan nuestras miserias para quien sabe verlas, por mucho que las intentemos esconder.
Hoy va dirigido a otro amigo, virtual y real, pasando por momentos donde la separación de una vida pasada y que deja de servir, no es un camino fácil. Vaya para él la esperanza escondida en el final del poema, la genial convicción de que el futuro no debe ser necesariamente peor, sino que esconde una puerta a la esperanza que tenemos que saber abrir.
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Un abrazo para él y para quien lo quiera recoger.
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A este río, camino de tiempo y de vida
en el estío sin agua, se le ve la herida,
se adivinan en el fondo las ramas y las piedras
secos fangos, grises y entristecidas hiedras.

Río en el presente dolorido
imploro al cielo lluvias tan urgentes
que llenen de verdor estas heridas
de líquido limpio y nuevo tus caudales
que vengan de esos montes a raudales
litros y litros de nueva vida
frescor, verdor y sombra a tus orillas.

Cerca está ya la primavera
que traerá a tu cauce sus milagros
agua que te limpiará los males
de la sequía que hoy te ha envejecido,
que reverdecerá la hierba
agostada por los males y los vientos,
que fortalecerá a tu alrededor los árboles
llenando de sombra fresca la alameda
mientras cantan los hoy ausentes ruiseñores.

Volveré a tus orillas otro instante
a pasear con tus sonidos y tus sombras
a detenerme junto a tu murmullo
cadencioso y tranquilo, casi humano,
reflejo del vivir de mis hermanos,
a sentir tu serena y silenciosa compañía
como siento hoy en el alma tu sequía.

Río – 2

Serás de nuevo arroyo caudaloso
de vida y de tiempo, suave camino
que marca los rumbos al peregrino
y deja su murmullo cadencioso.

Al atardecer, suave y silencioso
dejaré el bastón, refrescaré vino,
vislumbrando en tus aguas el destino
mi discurrir de río, mi reposo.

Al amanecer sentiré el rocío
milagroso de tu otra nueva vida
anunciando el final del seco estío

acunando el bálsamo en la herida
devolviendo al cauce de este río
el agua y la esperanza revivida.