Antes de sentarnos a la mesa, a degustar alguna cosa preparada con cariño y paciencia, unos versos a mis hijas, que van creciendo sin poder detener el tiempo para disfrutar y sin querer retenerlas más de los que ellas quieran o necesiten:
He visto crecer las hojas
en tu cuerpo de mujer
tejiendo dibujos plenos
de tiempo para aprender.
He sentido salir los frutos
de tu alma, de tu ser
nuevo y esplendoroso
futuro y tierno crecer.
Y siento envidia
de tu renacer
imparable viento nuevo
frente a mi envejecer.
en tu cuerpo de mujer
tejiendo dibujos plenos
de tiempo para aprender.
He sentido salir los frutos
de tu alma, de tu ser
nuevo y esplendoroso
futuro y tierno crecer.
Y siento envidia
de tu renacer
imparable viento nuevo
frente a mi envejecer.
CARPE DIEM
Cincelado por el tiempo, escultor
tu cuerpo de mujer hacia adelante
alma abierta y profunda, anhelante
pintada en el mar por tu yo creador
Tiempo y mar, regalos de un dios sabedor
de la belleza en tu cuerpo de amante
color en tu alma de caminante
plenitud en el arte, vida y sabor.
Disfruta tu cuerpo en el tiempo, alma
pintada en tus ojos, camina en calma
vive intensa tu yo, tu recreación
antes que la escultura asome ajada
decolore la luz en tu mirada
bebe la vida y canta tu canción.