25 octubre 2008

de padre e hijas

Hoy me siento frente al ordenador, a mi izquierda tengo la ventana y la calle vacía a estas horas en que el frío aún me debería mantener tibio en la cama. Hoy, sin el camino repetido al trabajo entre piedras de mil años, que me hablan a diario de historias y de gentes del pasado, sentado frente al espacio blanco donde voy dejando mis pensamientos y sentimientos a jirones de ternura y de duda, de dolor y de pasión… hoy mi imaginación quiere surcar el futuro, ensoñar viajes y besos, dibujar tardes de quietud junto al fuego, pintar realidades tenues de proyectos y paisajes de gentes que me sonríen serenas.

Mirando al futuro, con ese vértigo ante lo desconocido, con esa duda ante las opciones, siento la tranquilidad de no estar solo. Imagino el futuro y aparecen a mi lado los que quiero y que me quieren, me siento protegido frente al frío que sigue ahí fuera, en la calle, arrugando las expresiones de los que pasean. Siento el calor de la gente, dentro de mis sueños, alimentando futuros que irán naciendo.

Recupero este poema escrito a mis hijas hace algunos años pero que sigue vigente mientras van tejiendo sus vidas:

A MIS HIJAS
¿CÓMO CANTAROS, BROTES DE MIS ENTRAÑAS?

Alargais vuestra figura,
discutis nuestra ternura
y sentís cómo las hojas
de mi tronco envejecido
van dando nuevo tejido
entre vuestras ramas rojas.

Voraces, devorais golosas
saberes y aprendizajes
construyendo nuevos trajes
ansiosas, saltais las losas
del futuro que era nuestro.
Saboreadlo, hoy es vuestro.

Y cuando deis nueva vida
repitiendo la experiencia
sin contradecir la ciencia
llorareis con voz sentida
desde el presente inseguro
que es de otros el futuro
¿Cómo enseñaros, brotes de mis brotes?
Un abrazo para la semana y deseos de normalidad para todas y todos. Que la crisis no nos coma las ganas de seguir viviendo.

19 octubre 2008

pócimas mágicas


No conozco pócimas mágicas que nos devuelvan energía, salud o amor al instante. Sé, y la experiencia me lo va confirmando, que preparando algunos platos no demasiado complicados con cariño y acompañándolos con buena conversación y un buen vino, la magia puede surgir entre las personas.
Hoy os presento dos cosas muy sencillas:
.
PINCHO DE BACALAO MARINADO SOBRE PIQUILLO
Ingredientes:
Bacalao
Piquillos
pimiento verde y rojo
pan
aceite, ajo, sal y vinagre
Preparación:
La víspera colocamos unas láminas de bacalao fresco macerando en un bol, cubriéndolo con una mezcla de vinagre (3/4), agua (1/4).
Para preparar, ponemos pan tostado con una gota de aceite y untado con ajo, un piquillo y encima una lámina de bacalao. En un vaso preparamos una vinagreta con pimiento rojo y verde muy picadito y lo rociamos por encima del pincho.
.
COSTILLA DE CERDO ASADA:
Ingredientes:
Costilla de cerdo
Patata, cebolla, sal, pimienta y vino blanco.
Preparación:
Cortamos la patata en láminas finas y la cebolla en aros. En una fuente de horno o rustidera colocamos una chorrotada de aceite, y vamos repartiendo la patata y la cebolla intercalada mientras la salamos. Cortamos la costilla en trozos pequeños y los salpimentamos antes de colocarlos encima de la patata y cebolla. Rociamos con un poco de vino blanco y al horno, precalentado al máximo para bajarlo a tres cuartos al meter la costilla.
A los 20-25 minutos le damos la vuelta a la costilla y volvemos a echar otro poco de vino blanco. Unos cinco minutos antes de servir, volvemos a poner el horno a tope o con grill para lograr un dorado más presentable.
-
Espero que la semana os dé ocasión de preparar algo parecido y de disfrutar de la compañía de quien queráis. Un abrazo desde mi cocina, hoy sin poesía. (La foto es algo vieja, pero estoy seguro que desde los galos se conquistaba con la comida)

12 octubre 2008

in memoriam, a otro modesto amestoy

Paseo entre nombres y apellidos rasgados en piedras que nos hablan de gente a la que la muerte se llevó. A unos cuando la vida ya había cumplido el ciclo más o menos natural, y a otros, a esos que hacen que en mi alma se dibuje una triste sonrisa de recuerdos tenues, antes de que tuvieran tiempo de completar su ciclo.

Paseo entre senderos donde las hojas que el otoño arranca, van vistiendo de elegancia de tonos variados el camino por el que transitan mis pensamientos. Hoy el recuerdo insistente de mi padre me ha llevado hasta su tumba, he pausado mis andares y he plasmado en un silencio que ni el aire se atrevía a romper, la rabia de no haber paladeado más la vida a su lado, una cálida sonrisa por cada recuerdo dibujado en mi memoria, la impotencia ante los lances con que nos ataca el destino…

Mientras mis pies me llevan despacio por la alfombra del otoño, voy dibujando en el alma retazos vividos y retrato, como en la foto, herencias aprendidas y esculpidas en la piel, amores por la tierra y, paradoja que la muerte rompió, por la vida de cada día; canciones de tierra riojana, de vino y aceite; sonrisas de buena gente; sentimientos difíciles de expresar, pero que unos ojos profundos trasmitían a mis ojos.

Mientras mis pensamientos viajan melancólicos por las vías de ese tren que nos lleva hacia el futuro, recupero retazos del pasado, los tamizo para dejar una suave capa de ternura en la memoria y una lágrima cae lentamente entre la piel y los recuerdos.

Una lágrima, aita, que no sé si podrás ver allá donde estés, pero que lleva todo lo no vivido estos casi veinte años, todo lo que podrías haber acompañado con tu vitalidad y tu buen humor, todo lo que hubieras disfrutado del crecer de tus nietos y nietas, todo lo que no dije y no escuchaste, todas las tonadas que hubieran acompañado nuestras tardes a la sombra de cualquier árbol, al lado de cualquier mesa… una lágrima que llena hoy la copa con la que brindo, agradecido a pesar de todo, por lo vivido junto a ti, a pesar de lo que la muerte me robó… una lágrima que, aunque no esté seguro, espero que puedas sentir desde el otro lado.

Paseo de vuelta a la cotidianeidad y una suave canción se va abriendo paso entre los recuerdos, una canción que me habla de tiempos por donde trascurren amores, de sueños aún por cumplir… me habla de vivir y a ello dedico mi sonrisa y mi canción.
Un abrazo a todos y todas a las que mis palabras os acerquen pasados tenues y, aunque alguna lágrima camine entre los recuerdos, brindo con vosotras y vosotros... por la vida, por lo que nos queda por vivir.

05 octubre 2008

filosofía entre las cazuelas


Cuando la poesía y la filosofía se encuentran en la cocina

Una de las mejores inversiones de mi tiempo libre es cocinar. Unas veces para mi familia y otras para los amigos. Pero el otro día se juntó a este placer la posibilidad de cocinar con una persona que irradia filosofía y buen humor mientras cocina.

Detrás de cada plato que preparamos hay una historia, unas personas que nos han enseñado, que nos han trasmitido sus conocimientos culinarios y su buen hacer dentro y fuera de la cocina. Normalmente son detalles que se quedan dentro de cada uno, pero el otro día pude compartirlos con Patxi, un privilegio que merece un reconocimiento como éste.

Yo intenté poner la poesía de mis manos manchadas de ternura y me encontré la minuciosidad y el detalle en un cuerpo de uno noventa y pico, las palabras exactas para cada movimiento y la duda siempre rondando entre las cazuelas. La sabiduría recogida de sus mayores y el mimo al recrear lo aprendido. No caben en estas palabras las risas y las sonrisas mientras disfrutábamos a lo largo de las tres horas que nos costó preparar la cena para veintiséis, aunque hubieran podido cenar treinta y cinco.

Que no falte también el reconocimiento a la ayuda de Raquel, Elena y demás cuadrilla de ayudantes en toda la preparación.

A lo largo de la semana publicaré su receta del maravilloso “arroz promiscuo” en el listado de recetas. Vaya hoy como adelanto el proceso de elaboración.

La medida es por cada cazo o vaso de arroz, la mitad de aceite y el doble o algo más de agua. Con mimo iremos friendo en la paella (recipiente que llamado de otra manera provoca comentarios contrarios) unas ñoras dulces que reservaremos aparte. Freiremos también en el mismo aceite el solomillo de cerdo en trocitos, reservándolo. Después el pollo y por último los pimientos rojos en tiras grandes.
Mientras tanto hemos cocido en una cazuela el rape, las espinas y la cabeza y las cáscaras de las gambas. Sacamos el rape y lo troceamos. También hemos hecho unos minutos los chipirones en la olla. Por último pelamos dos tomates maduros escaldándolos.
Para terminar el plato, en el aceite que ya tiene un color y un sabor de impresión, deshacemos el tomate y rehogamos el arroz. Vamos añadiendo las dos carnes y el agua o foumet que hemos preparado con las espinas. Añadimos los chipirones, el rape y las gambas. Trituramos las ñoras con un poco de foumet y lo añadimos también. Dejamos hacer unos veinticinco minutos vigilando por si hay que añadir algo más de caldo. Colocamos los pimientos encima y dejamos reposar otros quince minutos antes de servir.

Es difícil que estas palabras trasmitan las sensaciones, pero espero haber dejado al menos una pincelada de lo interesante que fue toparme con la filosofía de ese hombretón en la cocina. Eskerrik asko Patxi.