17 octubre 2006

NANA EN TRES ACTOS
Hoy entre el 17 y el 18, me han escrito las dos personas que van a ser padres-madres dentro de poco y me han comentado lo que les gusta este blog. Son grandes amigos. Para ellos y ellas (sus parejas) para javi y Susana, vayan mis versos escritos a una niña que nació hace unos meses y para sus padres-madres.
NANA EN TRES ACTOS, QUE SON LOS QUE TIENEN QUE SER
(nana integrada o integral o integrativa...)


MADRE

Duerme, mi niña.
Descansa en mi vientre dolorido
mientras mis manos acunan
tu cuerpo sin tiempo,
mientras mis lágrimas tejen
canciones que arrullen tu alma.

Duerme, mi niña.
Sueña en tus ojos mi piel,
sudorosa y esforzada,
mientras mis palabras secan
tus lágrimas recién aprendidas,
tus llamadas nuevas y llenas
de necesidad de madre.

Duerme, mi niña.
Come mi leche y llena
de esperanzas y de lunas,
tus noches y días nuevos,
de colores de mi sangre,
tus sonrisas y tus manos,
que me buscan, que me sienten.

Duerme mi niña
junto a tu madre cansada,
descansa y sueña.


PADRE

Duerme, mi niña,
duerme mujer,
descansa tu cuerpo dolorido
en el capazo de sentimientos
de mi corazón emocionado.

Quiero tejer una cuna
con lágrimas y palabras tiernas,
para que duerman muy juntas
la niña y la madre solas.
Quiero pintar un regazo
de ternura y emociones,
donde descansen del parto
la madre y la niña nuevas.

He descubierto tus ojos
de luz recién encendida.
Han caído sobre ti,
tiernas y temblorosas,
mis lágrimas de padre enganchado
al cordón indivisible
que nos une y nos mantiene
enlazados de por vida.

He besado tus labios de madre en la mezcla
de dolor y felicidad,
saladas lágrimas bellas
en tus labios de mujer,
entreabiertos al futuro,
en tus brazos tiernos de madre,
compartidos con los míos.

He sido padre.


NIÑO-A


Quiero que me protejas,
que me digas mil canciones
de sabores y colores.
Que me llores y me rías,
que descubras mis sentidos
al mundo que me recibe.
Quiero que me quieras,
con mi cuerpo y mis manitas,
que me cojas y me arrulles,
con suaves y cálidas notas
de canciones y emociones,
mezclados en tu sonrisa,
todo es nuevo.
Quiero que me protejas.
Dejo aquí mis palabras y mis sentimientos, mis emociones y mi cariño de padre de hijos-as mayores. Que todos-as podamos seguir el camino de nuestros hijos-as con emoción y compañía tierna.
Un abrazo y hasta mañana.
Modes
Reflexión 17 de octubre



Hola lector a quien no veo, hay días que ni quiero, no por no desear la comunicación sino por no ver reflejada en tus ojos mi tristeza. Ya me vale con ver en mi alma la larga y oscura sombre de mi tristeza. Hay momentos en la vida en que se agolpan los motivos para ensombrecer la realidad, los momentos en que convivimos con la parte menos agradable de nuestras vidas.

Pero no me quiero quedar ahí, ensartado entre momentos y recuerdos tristes, como un san sebastián indolente y sin respuesta posible. Quiero ver más allá, necesito ver más allá y, al mirar, con la dificultad de encontrar motivos de alegría en el futuro, en ese desconocido y temible amigo?, entrebusco en los recuerdos y las memorias del pasado, de ese entrañable aunque a veces no tan bonito como quisiéramos amigo!.

Este vaivén de futuro incierto y pasado de todos los colores, ese ir y venir entre el optimismo y la negrura, me lleva a buscar en los poemas que escribí hace tiempo y ofrecer a la visión y reflexión, no sé si de alguien o de nadie, pero que libera un poco mi necesidad de expresión:

A este río, camino de tiempo y de vida
en el estío sin agua, se le ve la herida,
se adivinan en el fondo las ramas y las piedras
secos fangos, grises hiedras.

Río en el presente dolorido
imploro al cielo lluvias tan urgentes
que llenen de verdor estas heridas
de líquido limpio y nuevo tus caudales
que vengan de esos montes a raudales
litros y litros de nueva vida
frescor, verdor y sombra a tus orillas.

Cerca está ya la primavera
que traerá a tu cauce sus milagros
agua que te limpiará los males
de la sequía que hoy te ha envejecido,
que reverdecerá la hierba
agostada por los males y los vientos,
que fortalecerá a tu alrededor los árboles
llenando de sombra fresca la alameda
mientras cantan los hoy ausentes ruiseñores.

Volveré a tus orillas otro instante
a pasear con tus sonidos y tus sombras
a detenerme junto a tu murmullo
cadencioso y tranquilo, casi humano,
reflejo del vivir de mis hermanos,
a sentir tu serena y silenciosa compañía
como siento hoy en el alma tu sequía.


Serás de nuevo arroyo caudaloso
de vida y de tiempo, suave camino
que marca los rumbos al peregrino
y deja su murmullo cadencioso.

Al atardecer, suave y silencioso
dejaré el cayado, refrescaré vino,
vislumbrando en tus aguas el destino
mi discurrir de río, mi reposo.

Al amanecer sentiré el rocío
milagroso de tu otra nueva vida
anunciando el final del seco estío

acunando el bálsamo en la herida
devolviendo al cauce de este río
el agua y la esperanza revivida.

Modesto febrero 2001

Lo releo hoy y aplicado a diferentes personas, me emociona y enmarca con una tierna sonrisa mis lágrimas de compasión, secas a veces y siempre sanadoras.

Un abrazo a quien esto lea.

Modesto octubre 2006