06 septiembre 2008

a los ojos tristes de mi mujer

Cuando las palabras no saben
dar lo que necesitas
cuando las manos no pueden
decir lo que esperas
cuando el latido lejano no se escucha
cuando el ruido del viento
apaga la voz
sólo queda mirar a los ojos
traspasar la cortina que dejaron las lágrimas
y dejar un suave beso en la memoria
que entregue la ayuda esperada
que mantenga viva la palabra necesitada
que sienta el latido emocionado
que cante más alto que el viento
mirada de ojos algo cansados
pero mirada enamorada.

Cuando el tiempo de la vida se nos escurre entre las manos, a veces tiene un lento caminar bajo las nubes oscuras de circunstancias amargas, a veces corre veloz bajo el cielo radiante de momentos felices o noches mirando las estrellas con el calor de un cuerpo cercano. Cuando se nos hace difícil hablar, cuando las manos están atadas, cuando nos cuesta la cercanía, siempre nos queda la mirada. No olvidemos que a veces los ojos son los únicos que pueden hablar y dar.

Unas veces trasmiten la alegría desbordada y compartida, riendo como ríen las ventanas llenas de flores de colores, otras, compasión y consuelo de miradas serenas y otras veces, lloran lágrimas imaginarias, queriendo cubrir de ternura fiel el dolor que contemplan en otros ojos.

Para acompañar esta mirada poética, voy a completarlo con algo más material, pero también necesario y voy a proponeros un menú sencillo y muy rico:
Ensalada de canónigos y gulas:
Ingredientes:

Una bolsa de canónigos.
Gulas
Aceite, ajo y pimiento seco.
Preparación:
Colocamos los canónigos o berros en una ensaladera y los sazonamos con sal y aceite. Las gulas las hacemos en una sartén. Primero troceamos el ajo en láminas finas y unas tiras de pimiento seco y cuando el ajo esté dorado, añadimos las gulas friéndolas durante unos dos minutos.
Servimos colocando las gulas encima de los canónigos.

Pimientos rellenos de morcilla sobre salsa de pimiento verde:
Ingredientes:

Para la salsa:
Pimiento verde, cebolla, ajo y nata o leche.
Pimientos rojos o verdes para rellenar.
Morcilla de arroz.
Huevos

Preparación:
Salsa: troceamos el pimiento verde y la cebolla, añadimos el ajo y lo pochamos bien en una sartén. Lo pasamos por el chino y añadimos leche o nata hasta conseguir la consistencia que nos guste.
Pimientos: sacamos el relleno de la morcilla y añadimos un par de huevos para que por dentro quede más fina, friéndolo un minuto. Rellenamos los pimientos y los pasamos por la sartén para que estén tiernos.

Como decía una ensayista americana: “Un amigo es uno que lo sabe casi todo de ti y a pesar de ello te quiere”. Aunque el poema es para mi mujer, el mensaje y el menú podéis aprovecharlo los y las que pasais por el blog. Que tengáis una buena semana.