10 noviembre 2008

un pequeño descanso

De vez en cuando, es bueno, o a mí me vienen bien, retirarme un tanto del agitado correr de lo cotidiano, pausar otro tanto la velocidad de mis pensamientos y, paseando por el otoño de mil colores que nos viste este noviembre luminoso a veces, dejar que las emociones resbalen por mi piel, que surjan desde las entrañas y me emborrachen mientras los ojos no dan a vasto a recoger tanto color y tanto contraste maravilloso.


Dejo que las palabras surjan como las emociones, sin control y van dejando surcos emocionados en el papel:


vaivén de olas
vienen y van,
golpean mi piel
no consigo retener
su fuerza con mi mirada


van y vienen
refrescan la vida
a veces destruyen
lo que fuimos, lo que hicimos,
otras veces moldean
caprichosas formas en el paisaje

vienen y van
sin tiempo, sin prisa
intento pintarlas en mis versos
inquieto, no consigo plasmar
su fuerza con los colores
de mis palabras.


son emociones
me alimentan, me moldean
dan forma a mis avatares
pero mi mano inexperta
de pintor de poemas
con palabras de colores,
salta inquieta mientras trata
de plasmar en el lienzo de la vida
una sola emoción


vienen y van
saltan a mi alrededor


¿dónde se esconden
las palabras que me faltan
para expresar lo que siento?


van y vienen
no consigo retenerlas
son olas emocionadas.


El menú de otoño esperará unos días, que tenemos días para encontrarnos despacio en torno a una mesa. Un abrazo que perdure nientras el otoño nos sigue vistiendo de elegancia.