08 enero 2008

para los que os acercáis de vez en cuando

Aunque esté cerrado, de vez en cuando un duende repone algún escrito. En esta caso, una reflexión a mis amigas y un poema para después de navidades.
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A una amiga, a todas mis amigas


Cuando la noche apaga las luces que el día había encendido entre sus manos, enciende a la vez otras luces, mágicas linternas de los sueños, para que sigamos viviendo en un ciclo ininterrumpido de luces nuevas cada amanecer y cada anochecer, de luces mágicas que alumbran, con brillo renovado, nuestro existir entre sombras.

Cuando aprendemos que las palabras dan forma a nuestros sueños, a nuestras historias vividas, a las imaginadas y a las emociones más íntimas… entonces le dimos al alma mágicas luces que iluminan caminos antes oscuros, sombríos de miedo y desconocimiento, caminos que sueñan futuro vivo, caminos que nos hacen crecer entre lágrimas y sonrisas, caminos que nos hacen más humanos.

Cuando tus ojos de amiga me devuelven la mirada, limpia y fresca, estallan entre las luces estrellas felices y temblorosas, adornan nuestros ojos con brillos resplandecientes y nuestras manos se encuentran, se trasmiten sensaciones que ponen palabras a las emociones, y nuestros brazos abrazan presente, pasado y futuro entre historias que pasaron, abrazos que no quisiéramos dejar y sueños de futuro mutuos.
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Ojos negros de la noche
que no ilumináis la cama
de quienes no tienen futuro claro
pasan de largo los magos
pasan de largo renos y camellos
no están escritos tus nombres en sus mapas
Ojos tristes de la lluvia
que no regáis la esperanza
de un mañana luminoso
de quienes no tienen mañana
pasan de largo las luces
pasan de largo caballos, trineos

dejadme parar un momento
mis ojos en vuestros ojos
posar una sonrisa y algo más
en manos encallecidas
de niños que trabajan de más,
de niñas que venden de más,
de gente que dejó de crecer
para ser ya mayor
de mayores que perdieron su niño
en la miseria, tan cercana,
en la guerra , tan ajena
que se vieron sin futuro
sin culpa, sin condena

dejadme compartir un rato
mi ternura y mi sentir
la suerte que mi cuna tuvo
mis deseos para cambiar
para humanizar al menos
nuestros futuros entrelazados.
Perdonad que no os visite. Un abrazo para todos los que permanecéis ahí.