03 agosto 2008

vuelta a los orígenes

Hemos amanecido con nubes en este verano intermitente. Desde la ventana veo cómo unos niños juegan al balón y bajan cuestas con monopatín. Ellos se concentran en pasarlo bien, en sacarle jugo al tiempo que tienen. Una cigüeña tabletea con su pico en la antena de la casa de enfrente, mientras espera para ir a buscar su comida a las balsas que tenemos cerca de la ciudad.

Mis pensamientos viajan a otras partes; a otras gentes que, lejos, disfrutan de las vacaciones, o emplean su tiempo en aficiones deportivas. Unos en la playa, otros en la montaña. Otros seguimos en casa, sin ese descanso lejos de lo habitual, lejos de la rutina diaria. Mis ojos recuerdan las sonrisas, mi piel recuerda los abrazos... Las cigüeñas, de paso en verano en la ciudad, emigrarán después a otras tierras. Los niños, de paso en esa infancia descuidada de preocupaciones, emigrarán después a otras edades.

Repaso las playas de la infancia, reposo mis recuerdos de pasados sin preocupaciones, me refugio entre juegos con el tiempo parado a cero. Añoro aquellos tiempos donde el concepto del hoy dominaba tanto que no había ocasión para pensar en el mañana hasta que llegaba y se nos imponía con urgencia en un repetido sube y baja diario, hasta que se acababan las vacaciones escolares.

La cigüeña ha volado a su quehacer diario, los niños han ido a jugar a otro parque. Los amigos siguen de vacaciones, en la playa o en la montaña. Mi imaginación se refugia en mundos imaginarios mientras la vida nos vive y pinta cuadros para cuando me toque a mí volar.

Mientras tanto, un pincho espectacular:




Cebolla caramelizada con foie.
Ponemos la cebolla a pochar en una sartén, añadimos azúcar con un poco de whisky y dejamos que se haga muy poco a poco, hasta que coja color oscuro. El foie lo metemos al congelador para después poder partirlo bien en lonchas finas.

Sobre una rebanada de pan pequeño, colocamos un poco de cebolla caleinte y encima una lámina de foie frío. El contraste es espectacular.

La foto es de otro pincho: cebolla sobre queso philadelphia. Otra posibilidad más económica.


Acompañado de un vino blanco bien frío, para brindar mientras me llegan las vacaciones.