31 octubre 2006

la vieja escalera de mi vida y de la vuestra

Una vieja escalera, los miles de pasos de los cientos de personas que han subido y bajado por ella durante los últimos cien años. Una vieja escalera, los besos a escondidas, los abrazos más tiernos y los gritos más ásperos, las sonrisas más brillantes y las miradas oscuras de desprecio. Vértigo de tantos miles de días con historias repetidas y siempre nuevas.

Un escalera vivida, una escalera mágica donde los recuerdos suben y bajan, igual que en mi memoria. ¿Tendrá escaleras mi cabeza? ¿Subirán las ideas mirándose con cariño, o con dolor, o con miedo? ¿Bajarán las sensaciones saludándose entre si, como viejas conocidas? ¿vivirán las emociones conversaciones sobre el tiempo, sobre la familia y qué tal?

Una imagen muy nítida. La escalera como metáfora del transcurrir del tiempo, ella se mantiene mientras nosotros-as envejecemos y cambiamos poco a poco. Ella mantiene su mármol intacto, casi inmune al paso del tiempo y nosotros-as crecemos, empequeñecemos, envejecemos subiendo y bajando esas escaleras de la vida.

Un deseo: que, cuando nos cueste subir, fatigados por el peso de los años, o por el peso de la vida, sigamos comunicándonos, sigamos hablando con los que suben y bajan, sigamos sintiendo el paso del tiempo en nuestras almas y en nuestras manos, mientras nos agarramos al pasamanos y seguimos adelante.

En los momentos difíciles, cuando más nos cuesta subir las escaleras y sentir las fuerzas para seguir, busquemos una sonrisa de otro-a que baja, de otro-a que sube y saluda; que saludemos con cariño a los que comparten esa escalera con nosotros.

Hoy me cuesta escribir, busco vuestra sonrisa, busco vuestro saludo, la sonrisa y el saludo de los que compartís conmigo esta escalera de la vida, de mi vida y de la vuestra.

Modesto, 31 octubre 2006

la amistad, como la poesía

Esto de los blogs es algo que me ha hecho pensar en el proceso de creación y distribución de la poesía. Yo creo los poemas, siempre con la idea de que no serán completos del todo hasta que lleguen al lector y éste sienta algo, piense, llore, sonría o exprese cualquiera de las emociones que puede hacerle sentir. Un poema se acaba cuando el receptor del mismo devuelve una sonrisa o manda unas palabras al creador del mismo.
El blog está funcionando parecido. Yo escribo unas recetas, unos poemas, unas reflexiones y los amigos-as que las leen me devuelven unas palabras, una sonrisa... En esto la amistad y la poesía coinciden, no se completan hasta que la respuesta suscitada en el receptor vuelve al emisor.
Algo así intenté expresar en este poema:
En unos versos plasmar lo que siento quisiera
cincelar la palabra y que llegue a tu lado
reposando la idea, compartiendo calmado
mi sentir, mi vivir, lo que hoy soy, lo que era

añadiendo mis anhelos, saltar la ladera
que une a las personas, al oyente callado
y al poeta que intenta entregar acabado
la razón y el sentir cincelados en madera.

Si además, aunque poco, surgiera belleza
sólo faltará que vuelva el mensaje emitido
tañendo dulce en tu alma una canción, lector

recibir su sonido en la mía, la certeza
ser escuchado, aceptado, saberme vivido
cerrar el poema, verme contigo, creador.
Espero que sigamos manteniendo esta comunicación
Modesto 31 octubre 2006

unos cuantos pinchos para variar




Brocheta de pulpo y langostinos:

Una vez cocido el pulpo (o comprado) y los langostinos (pueden ponerse al ajillo o cocido) se colocan en las brochetas, un trozo de pulpo y un langostino alternativamente. Conviene poner el pulpo y los langostinos al través para que queden bien planos. Se colocan tres trozos de cada.

Después de preparadas las brochetas se pasan por la plancha y, una vez bien doraditas, se aliñan como siempre se aliña el pulpo, pero poco, para que no se coma el sabor de los langostinos (pimentón y un chorrito de aceite virgen cruda).
Servir en una fuente varias brochetas, con unas manchas de aliño.


Pincho de bacalao marinado:

Marinar un buen trozo de bacalao fresco: mantener sumergido el pescado unas horas en una mezcla de vinagre, agua (a partes iguales), un chorretón de vino blanco y sal.
Preparar unas patatas cocidas y unos pimientos del piquillo. También unas rebanadas muy finas de pan, tostado o no, al gusto.

Colocar el pan, la patata, una lámina de bacalao y encima el piquillo (con la mitad vale).
Para aliñar se puede preparar en un vaso grande o similar, aceite, vinagre, cebolleta muy picada y pimiento verde muy picadito. Sazonar y echar con una cucharita un poco por encima.


Pincho de calabacín con anchoas:

Pasar por la plancha el calabacín, cortado en láminas finas y alargadas. Cortar unos cuadrados de calabacín y reservar.
Pasar las anchoas frescas en la plancha o en una sartén con una gota de aceite.

Sobre una lámina de pan tostado o no (al gusto de cada cual) colocar el calabacín y una anchoa. Verter encima unas gotas de aceite crudo.
Otro día se pueden mezclar anchoas frescas y en salazón.
On egin, Modesto 31 octubre 2006