21 abril 2007

Cuando un sueño es igual a un viaje

















Desde muy pequeño, y sin saber muy bien cuál fue la razón o el inicio de este sueño, he querido viajar a conocer Escocia. En mi sueño se mezclaban lagos, castillos y tierras altas de tonos verdes con luces mágicas y colores vivos... Hoy sigo esperando a cumplir mi sueño.

El sueño de mi hija Miren es conocer Argentina, sus gentes. En su sueño se mezclan las inacabables avenidas de Buenos Aires, llenas de color y gente con las ciudades enmarcadas en los Andes. Las inmensas praderas de jinetes que galopan al viento, con viñas de tonos otoñales debajo del blanco enmarque de las cumbres nevadas de los montes. La inmensidad del agua y los hielos antárticos de Ushuaia con el deje y tono de las gentes argentinas al hablar. Su sueño es ir a Ushuaia... y sigue esperando a ver plasmado en imágenes reales su sueño.

Hoy les he preguntado a los demás y Beñat, el pequeño tiene el sueño de Italia; mi mujer y compañera, la India; Itziar, la mayor quiere ir a todo el mundo...

He deducido por ello que todos tenemos un sueño, un lugar a donde nos gustaría viajar, un horizonte con imágenes idealizadas o no, que quisiéramos captar (quizás mejor degustar) con la cámara no digital de nuestros paladares visuales, un sinfín de colores y luces que necesitan esconderse tras de un paisaje natural y real, para así hacerse reales y pasar del mundo de los sueños al mundo del recuerdo.

Hoy, cuando hace ya casi nueve años del viaje que hice al Perú, los recuerdos almacenados entonces, afloran con una nitidez hermosa y plena desde los adentros de mi alma y los degusto, una y otra vez, con un placer sin límite. Los viajes se disfrutan poco a poco, con deleite de gourmet sin prisas.

Quizás, cuando las circunstancias que hoy lo impiden cambien, podamos empezar a ver realizado alguno de estos sueños que tenemos y, porque se lo merece, empezaremos con el de Miren.
¿Cuál ha sido o sigue siendo vuestro viaje soñado?

A una compañera de piel, futuro y alma

Traspasar tu horizonte luminoso,
atreverme a cantar con voz potente
colores de vivir vertiginoso,
reposando en tu vientre cuerpo y mente.

Ralentizar mi transcurrir ansioso,
enjugar las lágrimas del camino,
sentir las plenitudes, deseoso
de conquistar la paz del peregrino.

Beber paz en el cuenco de tus manos,
trocar en aire tibio el frío viento
fundir en tu paisaje mar en calma

Ver juntos madurar brotes tempranos
verme y vivirme al fin. Mujer, te siento
compañera de piel, futuro y alma.