12 agosto 2009

Caminos por los que transito

Le brillaban los ojos, le dolían los brazos, pero la sonrisa llamaba más la atención que cualquier otro detalle de la escena.
Transitamos por muchos caminos. A veces son caminos áridos, secos, pero los viste de color verde al sonreir. A veces son caminos fáciles, llanos y aburridos, pero los viste de colores al mirarlos con otros ojos, al soñarlos como si fueran caminos a descubrir.
Hay caminos que transitan por la ternura, la belleza y el humor y, aunque el suelo sea a veces áspero y duro, el caminar se hace más fácil.
Estaba en una silla de ruedas, le costaba subir la pequeña cuesta que hay frente a nuestra casa. Al llegar arriba, ha sonreido iluminando toda la calle como si, de repente, hubiera empezado la fiesta.
A algunas personas les toca transitar caminos siempre cuesta arriba, siempre con alguna dificultad añadida. Cuando conoces a alguna de estas personas y, no en todos los casos, es verdad, descubres la sonrisa que le echan al camino para salir adelante, descubres a la vez la fuerza interior que tienen para iluminar por donde van caminando. Aprender de esas personas a iluminar los caminos, cuando se tornan oscuros y dificultosos, es otra de las maravillas que podemos aprender.
Un abrazo para todos ellos y que sigamos encontrando gente de la que aprender.
Le brillaban los ojos, le dolían los brazos, pero la sonrisa llamaba más la atención que cualquier otro detalle de la escena.