Hay días en que las ventanas nos inundan con luces tenues el alma. En que los rayos optimistas nos reflejan la belleza del exterior y nuestro interior se mece suavemente, se despereza de su tristeza anterior y mira con más claridad hacia adelante. Es la sonrisa de una mujer, la llamada de un amigo, un abrazo lo que desencadena en mí este rayo de optimismo y esa mirada hacia la belleza de la ventana.
Quiero rescatar otro poema y dedicárselo a mi mujer, agradeciéndole muchas bellas mañanas.
Momentos de placer atemporales
Me miras a los ojos y presiento
piel y sangre ardiendo en tu mirada
imán queme atrae hacia tu nada
me falta, por faltarme, hasta el aliento.
Quiero rescatar otro poema y dedicárselo a mi mujer, agradeciéndole muchas bellas mañanas.
Momentos de placer atemporales
Me miras a los ojos y presiento
piel y sangre ardiendo en tu mirada
imán queme atrae hacia tu nada
me falta, por faltarme, hasta el aliento.
Quiero plasmar el mundo en un momento
lanzarte mis desmanes en manada
susurrar la canción nunca cantada
ser de tu sed de amor el alimento
Envuelta frente a mí en suaves tules
gózame y aplaca el dulce tormento
que hiere mi piel con mil cristales
Guía mis sentidos hasta los azules
cielos donde acaba el sufrimiento
placer y amor de sueños inmortales.
lanzarte mis desmanes en manada
susurrar la canción nunca cantada
ser de tu sed de amor el alimento
Envuelta frente a mí en suaves tules
gózame y aplaca el dulce tormento
que hiere mi piel con mil cristales
Guía mis sentidos hasta los azules
cielos donde acaba el sufrimiento
placer y amor de sueños inmortales.
Modesto, 30 octubre 2006
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