Hoy no va de poesía, pero sí; no va de cocina, pero sí. La foto es del mercat de la boquería en Barcelona. Es una tienda de condimentos, de todos los que necesito para una buena cocina. Como la vida, son imprescindibles para realizar una buena poesía.
Esta mezcla de cocina y poesía, a veces, no sale como uno espera, nos pasamos de pimentón, nos quedamos cortos de sal, pero siempre nos queda poner una sonrisa, hacer una broma y tratar de hacerlo mejor la próxima vez.
En poesía, otras veces no nos llega la inspiración, no encontramos las palabras que más nos gustan, no las que quisieramos para expresar los sentimientos de cada momento. También en esos momentos es mejor sacar una sonrisa, aunque cueste y esperar a que la próxima vez nos salga mejor.
Cada vez se parecen más la poesía y la cocina.
Modesto, 9 de noviembre de 2006
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