04 febrero 2007

un paseo entre las piedras del pasado


Pasear entre las calles vacías de un pueblo pequeño, entre las piedras que han conocido tantas y tantas vidas, entre las sombras que la mañana fría de invierno mantiene de calle a calle, es un ejercicio que necesita de percepciones, de sensaciones que no podemos dejar pasar, que nos traen recuerdos, que nos sugieren preguntas sobre otras gentes, otras épocas y otros gestos.
Hacerlo con la compañía del futuro, con la mano aún pequeña de un hijo es bastante más refrescante. Las preguntas sin descanso, las observaciones inesperadas ayudan a relajar la mirada, la tristeza y pensar en otras futuras ocasiones donde se repetirán estos paseos.
"la mañana fría, las calles vacías donde escuchamos nuestros propios pasos, las sombras que nos proyectan entre las piedras y nos integran en los muros de una iglesia, una casa o una bodega, las personas a las que vamos saludando de tanto en tanto y los recuerdos suscitados han lavado un poco más mi alma y han aliviado algo mis penas"
Pasear por estos pueblos es una gozada.
Recordar y sentir es una gozada.
Gracias a todos mis antepasados.
Modesto.

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